El Ayuntamiento de León ha participado este viernes en los actos conmemorativos de la Inmaculada Concepción. El alcalde, José Antonio Diez, ha presidido la procesión de la Corporación Municipal al Convento de las Madres Concepcionistas, en la calle San Francisco, donde, posteriormente, ha tenido lugar el acto religioso.
Uno de los actos más emotivos de la jornada es la visita a las Madres Concepcionistas que viven en clausura. Allí, las monjas reciben a la corporación municipal y les ofrecen unas viandas y licores para celebrar el día grande en honor a la Inmaculada Concepción.
Tras la misa y fuera del convento se ha desarrollado el rezo y el canto de la Salve a la Virgen. Una ceremonia que se celebra junto a la hornacina ubicada en la Plaza Mayor y que conduce, como cada año, el cronista oficial de la ciudad, Máximo Cayón.
Una tradición muy arraigada en la capital leonesa que se celebra desde el año 1656 y que únicamente ha sido interrumpida en el año 2020 por las restricciones impuestas durante la pandemia de covid-19 para evitar la transmisión del virus. Ese año, el alcalde y el cronista oficial de la ciudad acudieron al convento en una visita privada.
Desde el año 1656
La costumbre, según destacan desde el Convento de las Madres Concepcionistas, comenzó en el año 1656 cuando el corregidor y los regidores (ahora alcalde y concejales) acudieron al convento, titular en la ciudad de la Virgen Purísima.
Desde ese año el Consistorio rinde tributo en el Voto a la Inmaculada Concepción en virtud del acuerdo firmado en el libro de actas municipales que se conserva en el Archivo Histórico Municipal y que data del 24 de octubre de 1657.
El cenobio, como explica el cronista oficial de la ciudad, se había fundado prácticamente un siglo y medio antes, en 1516, por Leonor de Quiñones, hija de los Condes de Luna.